Apoyándonos en el seguimiento de diferentes investigaciones, podemos decir que más del 80% de las personas, en algún momento de nuestra vida hemos experimentado dolor de espalda; ciáticas, cervicalgias, lumbagos.  Hemos de considerar el papel del tono postural en la génesis de estas patologías ya que, los dolores articulares y de columna vertebral, en gran parte de los casos, son la consecuencia de conflictos mecánicos cuyo origen reside en los conflictos que sufre el sistema postural.

Permanecer de pie es una proeza constante ya que nuestra condición de seres bípedos se encuentra cada día con una fuerza de oposición considerable que nos obliga a guardar el equilibrio, esto es, el influjo de la fuerza de la gravedad. Para poder mantenernos de pie y poder desplazarnos, necesitamos mantener una posición particular en el espacio. La organización y modulación del tono postural, base del movimiento, es imprescindible.

Junto al mantenimiento de una posición en equilibrio, el sistema postural también ha de crear respuestas que anticipen movimientos voluntarios en la dirección deseada y ha de ser adaptativo.

Para todo ello, el sistema nervioso se revela como el gran controlador y modulador en esa correlación equilibrada de fuerzas entre la alineación del cuerpo, el tono postural y el tono muscular.

El tono postural es el estado de tensión en la que se encuentran los músculos, es imprescindible para mantenernos de pie y poder realizar una actividad gestual.

Cuando estamos de pie, el cuerpo humano no está inmóvil sino que permanentemente, presenta ligeras oscilaciones dirigidas a mantener el equilibrio. Estas oscilaciones son la resultante del juego muscular inconsciente que es indispensable para mantener el centro de gravedad en un polígono de sustentación.

Para adaptarnos al influjo de la  gravedad se necesita la reunión eficaz de un gran número de estructuras anatómicas: captores cutáneos, captores propioceptivos, sistemas de transmisión, interpretación de los datos, efectores del equilibrio y de la motricidad.

Este sistema de regulación postural se va instaurando progresivamente, se va enriqueciendo, afinando y perfeccionando en función de lo que vamos aprendiendo.

Con el paso del tiempo y con el bagaje de los acontecimientos vividos, las estructuras anatómicas se van deteriorando poco a poco, la relación de fuerzas para el mantenimiento del equilibrio se va complicando y consecuentemente pueden ir apareciendo las mencionadas patologías a las que hacíamos referencia al inicio.

Dado que el sistema postural es un sistema auto adaptado y auto mantenido, ante cualquier defecto que ocurra en el control de la postura, dicho sistema buscará la manera de adaptarse al mencionado defecto. Esta adaptación se auto mantiene  y permanece  a veces de forma silente, ya que los haces neuronales de los músculos posturales que se han adaptado a la mala información, informarán a su vez al cerebro de esta posición adaptativa.

El sistema postural se acabará adaptando a su desequilibrio, pero no podrá corregirse jamás por sí solo ( Bricot).

Junto con la propiedad autoadaptativa, podemos describir otras características del sistema postural como son:

-La interrelación. Todo guarda relación con todo
-La sumación. Un sistema postural puede adaptarse a una alteración de un bucle postural, pero si se van sucediendo las perturbaciones, la adaptación será cada vez más complicada y la patología aparecerá.
-La solicitación del sistema. Una solicitación importante, favorecerá la aparición de patologías futuras si existen alteraciones de uno o varios bucles o captores.
-La disponibilidad.  Un sistema indemne compensa fácilmente

Considerando todas y cada una de estas características y teniendo siempre muy presente que en el cuerpo todo está íntimamente relacionado gracias a nuestro Sistema Nervioso Central, podemos decir que mediante la detección de las alteraciones del tono postural (diagnóstico) y su tratamiento, es posible prevenir accidentes músculoesqueléticos, y articulares ya que se trata de un tratamiento que va dirigido a la verdadera raíz de la disfunción.

La medicina comienza a comprobar la importancia del tono postural en la eficacia gestual ante las tareas de la vida cotidiana y ante el origen de numerosas patologías.  

Las técnicas sobre las que se fundamenta el tratamiento de patologías vinculadas al tono postural son muy variadas:

-Osteopatía y posturología utilizando diferentes técnicas manipulativas.
-Atlasterapia de Arlen.
-Tratamiento de los tejidos: masaje, pinzado rodado, estiramientos, trabajo sobre los músculos, sobre las distintas articulaciones y las cadenas musculares, movilizaciones simples y estiramientos tendinosos.
-Punción seca.
-Acupuntura y auriculoterapia.
-Microinmunoterapia sobre todo con la utilización de fórmulas dirigidas tanto a controlar el brote inflamatorio como a modular el dolor e intervenir sobre el sistema nervioso y el stress.
-Ozonoterapia.
-Homeopatía, oligoelementos, gemoterapia a base de macerados glicerinados, organoterapia, fitoterapia y medicina ortomolecular.
-Alimentación: Especialmente dirigida al control de la obesidad y de los síndromes metabólicos, ambos factores, muy importantes en la agravación de los procesos articulares.